viernes, 20 de noviembre de 2009

Voluntarios y entidades, ¿quién debe adaptarse?

En cuatro años, en nuestra entidad hemos pasado de ser cuatro o cinco voluntarios a unos veinte. Para nosotros ha sido un gran cambio: hemos buscado nuevas maneras de organizarnos, estamos aprendiendo a comunicarnos y a gestionar los conflictos que aparecen y, en el camino, hemos puesto en marcha nuevas actividades. Eso lo hemos hecho entre las 20 personas, todas voluntarias.

En este proceso, a principio de curso nos planteamos crear un mini-plan de voluntariado de la entidad. La idea es contar con una persona de referencia que haga el seguimiento de los voluntarios que ya formamos parte y que mantenga un primer encuentro con personas interesadas en ser nuevos voluntarios para explicarles la labor de la entidad, la realidad de las familias con las que colaboramos, las necesidades que tenemos...

El mini-plan está resultando ser bastante útil: se ha incorporado una nueva voluntaria, otras dos personas que vinieron a la reunión informativa han visto que no es el voluntariado que buscan, y otra nos ha hecho reflexionar.

El caso es el siguiente: una persona con bastante experiencia como educadora desea participar como voluntaria en el refuerzo escolar. Sólo puede un día a la semana pero la actividad se hace otro día. Tampoco está muy de acuerdo en que el refuerzo se haga a las siete de la tarde, que es cuando los voluntarios pueden porque trabajan y estudian, pero también cuando los chavales han bajado el nivel de atención.

Como nos interesa mucho su perfil, le decimos que una posibilidad sería dar clases de refuerzo a una adolescente que lo necesita, y que podría hacerlo el día que le va bien. Pero después nos echamos atrás porque creemos que una persona que llega como voluntaria primero debe participar en las actividades que ya tenemos en marcha, conocer la realidad de los niños y niñas y hacerse con el funcionamiento de la entidad. Además, pensamos que algunas actividades necesitan de voluntarios que lleven más tiempo colaborando, no porque sean más listos o guapos, sino porque la actividad requiere un mayor conocimiento del contexto.

Esta tarde hemos llamado a la posible voluntaria y le hemos dicho que de momento no será posible que empiece los días que a ella le van bien. Le hemos propuesto colaborar formándonos a los voluntarios. Pero me da la sensación que no se lo ha tomado muy bien...