
Dos siglos después, un nombre de mujer causaba terror en los mares de Oriente. Con más de 50.000 hombres a sus órdenes, la pirata Pan Ching Chiaco capturaba cientos de embarcaciones.
Hoy los terribles piratas son anónimos, aunque los periódicos y las teles nos explican que vienen de Somalia. En abril secuestraron una embarcación española y sus ataques se han multiplicado en las últimas semanas.
Los piratas somalíes empezaron a organizarse hace años, cuando otros barcos extranjeros se acercaban a sus aguas a pescar de manera ilegal aprovechando la inestabilidad del país. Pero eso apenas salía en las noticias, como tampoco lo hace ahora la crisis humanitaria que vive la región.
El Programa Mundial de Alimentos advertía no hace mucho que uno de cada dos somalíes necesita ayuda humanitaria. El país sufre una crisis provocada por la sequía, la violencia armada y el aumento del precio de los alimentos; en lo que va de año, el agua ha pasado a valer más de un 300% más.
De esta inestabilidad sacan provecho los piratas somalíes pero también otros piratas más refinados que van de abordaje en abordaje por todo el mundo. Se trata de Gobiernos corruptos, organismos internacionales que prestan fondos a países empobrecidos a cambio de privatizaciones, Estados ricos interesados en acuerdos comerciales que aumentan su botín, multinacionales que se benefician de los tesoros naturales de otros países y que no invierten en el desarrollo de esos lugares...
Viendo el panorama, me quedo con Willy el Tuerto, Jack Sparrow y la capitana Morgan. Por lo menos me río más.
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• Un artículo de contexto sobre los piratas somalíes. Y otro.
• La historia de Pan Ching Chiaco la leí en Viajeras intrépidas y aventureras, de Cristina Morató.
• La foto es de Piratemerch.