Éste es el título del post que Miguel Ángel Gallo publica estos días en sus crónicas compartidas desde Asia y que tiene de protagonistas a cuatro niños. De dos de ellos, todos sabremos pronto sus nombres; de los otros dos, seguramente no nos acordaremos.
Me ha gustado el cuento, pero quiero pensar que la historia sí tendrá fin. De hecho, puede tenerlo, sólo basta querer y actuar -cada cual desde su nivel- para que se acabe.
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