Luego vienen los hilos que significan nuestras relaciones con amigos y conocidos y la posibilidad de acceder al médico y a los servicios sociales cuando lo necesitamos.
Los siguientes hilos de seda se tejen con un trabajo digno o, si no podemos trabajar por motivos de invalidez, con una pensión suficiente. La telaraña se completa con los hilos de nuestra salud -física y mental- y con la confianza de que, si nos sentimos mal, tendremos apoyo familiar y de los servicios públicos.Ahora imaginad que perdemos nuestros poderes y un hilo de nuestra flamante seda se rompe porque hemos perdido el trabajo. No hay problema: el resto de hilos nos sostienen. Pero ¿y si al no encontrar trabajo nos desmotivamos y nos deprimimos? ¿y si esa depresión causa malestar en nuestros seres queridos y los perdemos?
También pueden romperse los hilos al divorciarnos y no tener una red social sólida, porque dejamos de cuidarnos la salud, porque tenemos una pensión no contributiva que no llega a los 400 euros al mes... Entonces la telaraña no aguanta el peso y podemos acabar viviendo en la calle.
Más o menos así explican en mi nuevo trabajo, en la fundación Arrels, el proceso por el que una persona sin hogar acaba en la calle. Vamos, que a todos nos podría afectar si no cuidamos los hilos de nuestra telaraña.
PD. La foto es de la Wikipedia.

