jueves, 13 de noviembre de 2008

Conciliando con Wendy

Cuando María acaba su turno en el restaurante a las once de la noche se dirige al local de la asociación para recoger a su hijo. Wendy está con él, y no se va a casa hasta que su madre lo viene a buscar.

Hoy he hablado con Wendy. Me ha reconocido al momento, y eso que la única vez que hablé con ella fue hace dos años para que me explicara la labor de su entidad y pudiera escribir un reportaje.

Cuando Wendy llegó hace años de su país tuvo que aprender otra manera de vivir y empezó a darse cuenta de lo difícil que era compaginar su trabajo con cuidar de su hijo. Por eso decidió poner en marcha una asociación que ayudara a otras mujeres inmigrantes a conciliar vida familiar y laboral.

En el local ayudan a las madres a buscar trabajo y, cuando lo consiguen, cuidan de sus hijos para que no se queden solos. Pero el proyecto peligra porque el dinero no llega para pagar la sede de la organización.

“Los alquileres de los despachos son muy caros”, me dice Wendy. Le propongo mirar en los hoteles de entidades que muchos municipios tienen en marcha, pero ahí ya le han dicho que sólo pueden ofrecerle una habitación compartida con otra entidad y que no hay espacio para los chavales que hacen actividades mientras sus madres trabajan.

Me despido deseándole suerte a Wendy, pidiéndole que me mantenga informada y contenta de haber vuelto a hablar con ella. Y cuelgo pensando en una de sus últimas frases: “La conciliación es difícil y más aún para las mujeres inmigrantes, que se encuentran fuera de su contexto y afrontan más dificultades. Pero parece que a nadie le importa demasiado…”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jooooo siiiiil! qué bien escribes, qué historias nos cuentas, aiiiis, qué placer leerte, compi! Que sepas que soy tu fans número 1!!!!

Silvia Torralba dijo...

Jajajajaja niña! No digas eso que me sacas los colores! Que sepas que somos fan mútuamente!

Sabes? Lo que me impactó después de hablar con Wendy fue ver todavía más claro cómo mucha gente puede conciliar trabajo y familia a costa de que otras mujeres no puedan hacerlo. Algunxs concilian porque desconcilian a otrxs…