martes, 30 de septiembre de 2008

Dime qué tarjeta tienes...

Diez de la noche en el metro de la línea 1, un chico le explica a su compañera:
“... que no, que a los pobres también les dan tarjeta, la Platino, que piensas que es algo pero no. Las tarjetas que realmente valen son las negras; con una de esas pagó 'fulanito' el helicóptero, ¿recuerdas? Sí, al que le incautaron la empresa y que ahora está preso...”
El metro entra en el túnel y me pierdo el resto de la conversación. Luego me da la risa al recordar a una amiga a la que, en el trabajo, una vez le dijeron que no tenía cara de tener tarjeta.

Y entonces se me va la olla... ¿dicen nuestras tarjetas lo que somos y muestran nuestra condición social? ¿Somos lo que parecemos con nuestras tarjetas?

Miro las que llevo en la bolsa: la tarjeta del metro, la del banco (ups, caduca el mes que viene!), el dni (también caduca!), otra del banco que casi nunca utilizo, una tarjeta del curro con canciones anotadas en el reverso, la de la cooperativa que no me piden porque me conocen, la del Día, otra de Europa Press de los años mozos, la tarjeta sanitaria y la de la biblioteca.

En total ¡diez! No sé si las tarjetas dirán o no algo de nosotrxs, pero después del recuento creo que llevo peso de más en el bolso!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

- DNI
- Biblioteca
- Tarjeta de crédito
- Sanitaria
- Abono de 10 de metro
- Tarjeta personal con la dire del blog que me hice gratis con una web
- Llaves del descapotable (la bici)

Firmao: la niña que no tiene cara de tener una VISA oro

Anónimo dijo...

o era visa electron? jia jia jia

Silvia Torralba dijo...

jajaja, a ver si era la Platino esa nena

Anónimo dijo...

Nena...esto da para un meme. Ayns, ¡me encanta como escribes!
Yo me lanzo:
- DNI
- de débito
- Carnet de conducir
- Tarjeta sanitaria
- Tarjeta de seguro

y en mi casa, tengo la de crédito, que la uso cuando me voy fuera del territorio spañó

Ander Izagirre dijo...

Soy protarjeta. En Islandia pagan con tarjeta hasta los cafés. Qué comodidad.

Y de paso así echamos una mano a los bancos, que los pobrecitos andan apuraos. Pronto habrá que montar una ONG para apadrinar ejecutivos. Me haría ilusión apadrinar a un broker de Wall Street: le escribiría cartas, lo traería de vacaciones a mi casa, lo sacaría a pasear, nos iríamos a los estanques a recoger las moneditas que echa la gente... Además, esa gente no tiene más que acciones ruinosas en esta vida, pero siempre te ofrecen una sonrisa que derrite el corazón. Ojalá vuelen de nuevo en sus helicópteros.

(Las mías, ahora mismo: DNI, tarjeta Visa clásica, tarjeta Travel Club, tarjeta de Albergues Juveniles, tarjeta sanitaria, tarjeta de una librería y una carta-comodín con la cara de Elvis).

Silvia Torralba dijo...

Lo veo claro, compañerxs: es necesario simplificar el mecanismo y agrupar todas en una. Y podría ser como en los móviles, personalizados. La de Ney llevaría la cara de Taibo en el reverso, la de Ander llevaría un Elvis bidimensional con Jaizkibel de fondo, la tarjeta de la Berri llevaría al inventor de la 2.0...

A lo del apadrinamiento me apunto de cabeza! Pero mejor si nuestros 'beneficiarios' son gente más cercana y en riesgo de exclusión ¿no? por eso de promover lo local... Me pido al Botín!